Que tranquilos son los domingos por la mañana...
Salgo del hotel sobre las ocho de la mañana. Desayuno en una gasolinera. Repostería con un capuchino. El día es frío, pero el cielo azul indica que será un bonito día para rodar en bici.
Salgo por las calles de Lodz, se que he perdido una ocasión para conocer esta ciudad, el error de hospedarme a las afueras, no me ha permitido conocer esta gran ciudad.
Salgo de la gasolinera por anchas calles, se nota que es domingo por la mañana, la ciudad despierta poco a poco. Las calles están solitarias, me encanta esta tranquilidad, el sol me calienta la espalda y me encamino a carreteras secundarias. Una ligera brisa me sopla a favor!!! Todo perfecto.
Creo que hoy ha sido de los días que llevo el que más he disfrutado. Por carreteras secundarias, también por caminos, por medio de bosques silenciosos, he llegado a un pueblo donde hacia un hipermercado, me comprado pan de molde de cereales, jamón York, un yogur de cereales con
Miel liquido, unos plátanos, uva y tres manzanas... Esto seria mi comida de domingo.
La gente viste de domingo, al pasar por delante de alguna iglesia, se oye el sermón del interior, los señores van con su camisa de domingo y corbata. También encuentro bastantes bodas, coches limpios y gente muy muy elegante.
Me paro en una parada de bus, me tomo mi tiempo para comer y disfruto de la soledad, la tranquilidad del domingo.
Cuando llevo mis 150 km, miro el GPS para ver donde me puedo alojar. Me desvío de la ruta programada, pues estoy pasando por zonas rurales y no hay alojamientos.
Llego al hotel, esta lleno, hay una boda y no hay habitaciones... Ufff!!!
Vuelvo a mirar mi GPS, veo que tengo día maratoniano.
Llego con casi 200 km en las piernas, pero he disfrutado tanto de la bici que no me duelen las piernas.
Bueno, mañana creo que abandono Polonia y entro en un nuevo país, República de Checoslovaquia.
Nos vemos mañana en una nueva crónica, ahora ha disfrutar de la clausura de los J.J.O.O.
Salgo del hotel sobre las ocho de la mañana. Desayuno en una gasolinera. Repostería con un capuchino. El día es frío, pero el cielo azul indica que será un bonito día para rodar en bici.
Salgo por las calles de Lodz, se que he perdido una ocasión para conocer esta ciudad, el error de hospedarme a las afueras, no me ha permitido conocer esta gran ciudad.
Salgo de la gasolinera por anchas calles, se nota que es domingo por la mañana, la ciudad despierta poco a poco. Las calles están solitarias, me encanta esta tranquilidad, el sol me calienta la espalda y me encamino a carreteras secundarias. Una ligera brisa me sopla a favor!!! Todo perfecto.
Creo que hoy ha sido de los días que llevo el que más he disfrutado. Por carreteras secundarias, también por caminos, por medio de bosques silenciosos, he llegado a un pueblo donde hacia un hipermercado, me comprado pan de molde de cereales, jamón York, un yogur de cereales con
Miel liquido, unos plátanos, uva y tres manzanas... Esto seria mi comida de domingo.
La gente viste de domingo, al pasar por delante de alguna iglesia, se oye el sermón del interior, los señores van con su camisa de domingo y corbata. También encuentro bastantes bodas, coches limpios y gente muy muy elegante.
Me paro en una parada de bus, me tomo mi tiempo para comer y disfruto de la soledad, la tranquilidad del domingo.
Cuando llevo mis 150 km, miro el GPS para ver donde me puedo alojar. Me desvío de la ruta programada, pues estoy pasando por zonas rurales y no hay alojamientos.
Llego al hotel, esta lleno, hay una boda y no hay habitaciones... Ufff!!!
Vuelvo a mirar mi GPS, veo que tengo día maratoniano.
Llego con casi 200 km en las piernas, pero he disfrutado tanto de la bici que no me duelen las piernas.
Bueno, mañana creo que abandono Polonia y entro en un nuevo país, República de Checoslovaquia.
Nos vemos mañana en una nueva crónica, ahora ha disfrutar de la clausura de los J.J.O.O.
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